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Presión humana

Muchas aves han sufrido debido a las intervenciones del ser humano en sus ecosistemas, como la destrucción del hábitat, la caza ilegal, el expolio de nidos y los atropellos.

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DESTRUCCIÓN DEL HÁBITAT

La destrucción del hábitat es una de las mayores amenazas provocada por el ser humano para las aves. Los agrosistemas de España, como las estepas cerealistas, los viñedos, olivares, dehesas, con importante valor biológico, están cambiando para aumentar su rentabilidad, utilizando plaguicidas, riegos o drenaje, y maquinaria. La intensificación de la agricultura incluye el uso de nuevos métodos de cultivo, el aumento de las explotaciones, con la consiguiente eliminación de árboles, la modificación de la época de siembra o de cosecha y el aumento de los monocultivos.

La pérdida de estas islas de biodiversidad está causando la disminución de las poblaciones de aves ligadas a ellas. Según estudios de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), se ha reducido casi el 20% de las poblaciones de aves ligadas al medio agrario, como consecuencia de los daños ocasionados en los ecosistemas por la transformación agrícola.

Además algunas catástrofes naturales, como las sequías, las inundaciones intensas o el incremento de incendios forestales, también ponen en peligro el hábitat de las aves.

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CAZA ILEGAL Y EXPOLIO

En España, entre 103.000 y 405.000 aves son capturadas y cazadas cada año, de las que entre 15.000 y 68.500 son rapaces cazadas ilegalmente usando cepos y armas de fuego. También las aves acuáticas y las aves marinas están muy amenazadas por la caza ilegal. Por otra parte, los pájaros cantores, sobre todo fringílidos como el jilguero (Carduelis carduelis), el verderón (Chloris chloris) y el verdecillo (Serinus serinus), se capturan y se enjaulan a veces para ser expuestos en concursos de canto.

                                                                                                       

ATROPELLOS

La fauna silvestre es una de las víctimas del tráfico. Solo en Estados Unidos se calcula la muerte por atropello de más de 60 millones de aves al año. 

A pesar de ser una amenaza poco estudiada, recientemente se ha evaluado el impacto directo de la circulación del AVE sobre las aves.  Para el proyecto LIFE+ Impacto Cero, se ha registrado una muerte por atropello cada 350km.

 

​CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

Las aves son muy vulnerables a la contaminación atmosférica porque tienen una frecuencia respiratoria más alta y están más expuestas al aire libre, donde hay partículas en suspensión, ozono e hidrocarburos aromáticos policíclicos. La contaminación produce un daño directo en sus pulmones o estrés oxidativo en su organismo.

En las grandes ciudades, la mala calidad del aire y la falta de espacios verdes están afectando a las poblaciones de aves silvestres como el gorrión común (Passer domesticus). Además, la falta de alimento, los campos magnéticos derivados de las actividades humanas,  el aumento de la depredación y la competencia con especies invasoras han disminuido su población un 15% en los últimos 18 años.

 

La exposición a campos electromagnéticos generados por actividades humanas también pueden afectar a las aves, como ponen de manifiesto los resultados del primer experimento que demuestra que los ejemplares de petirrojo europeo (Erithacus rubecula) estudiados en laboratorio pierden el sentido natural de orientación -la brújula interna que les facilita la migración- cuando están expuestos a campos electromagnéticos provocados por actividades humanas como los que se pueden registrar habitualmente en la ciudad de Oldeburg.

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